El presidente de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE), Juan Ignacio Dorrego, sostuvo que las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) del país «representan el 99,6% del total», aunque señaló que su expectativa de vida ronda apenas los cuatro años y que su desempeño productivo «avanza menos de 1% anual», de acuerdo con el estudio de productividad laboral que la agencia presentó este mes. Dorrego explicó en una entrevista que, al igual que en América Latina, gran parte de los emprendimientos nacionales se crean por necesidad y operan en sectores de bajo dinamismo, muchas veces atravesados por limitaciones de formación y vulnerabilidad económica. «Son proyectos empresariales que se gestan en contextos de vulneración, con poca capacidad de incorporar tecnología, generar un valor diferencial o innovar», advirtió. El presidente de ANDE fundamentó estas dificultades en los resultados de un estudio reciente sobre productividad laboral entre 2008 y 2022, elaborado por la agencia. Según ese trabajo, «el avance en materia de productividad laboral ha sido muy magro». Dorrego detalló que el promedio general ronda el 3%, pero cuando se analiza la empresa típica, «el avance es por debajo del 1%, exactamente 0,89%». Dorrego diferenció dos grandes tipos de emprendimientos en el país. Por un lado, los tradicionales (panaderías, talleres mecánicos, zapaterías, comercios de proximidad) que sostienen la vida cotidiana y que suelen enfrentar barreras de información, acceso al financiamiento y falta de profesionalización. Por otro lado, los emprendimientos de base científico-tecnológica, con dinámicas y necesidades totalmente distintas. «Son lógicas diferentes desde la gestión, desde quién lidera y desde el tipo de instrumento que necesitan», explicó. Si bien destacó que Uruguay tiene un ecosistema emprendedor robusto e integrado por más de 100 instituciones, también reconoció que su fortaleza está concentrada en la zona sur del país. Las evaluaciones comparadas indican que es necesario avanzar hacia la construcción de «ecosistemas locales que favorezcan el emprendimiento y la competitividad territorial», especialmente aprovechando la presencia creciente de Universidad de la República (Udelar), la Universidad Tecnológica del Uruguay (UTEC) y universidades privadas en el interior. Dorrego insistió en la necesidad de «focalizar en cadenas de valor donde Uruguay tiene potencial» y mencionó sectores como ciencias de la vida, bioeconomía, biotecnología, agroindustrias inteligentes, turismo con valor tecnológico agregado y logística. (Ámbito Financiero – 23/11)






