Desde la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), su vicepresidente Gabriel Murara aseguró que “la pérdida de competitividad es un tema que desde la cámara manejamos ya hace muchos años; yo diría que desde hace tres administraciones vemos una pérdida constante año a año y no ha mejorado”. Según explicó, la combinación de un “tipo de cambio real que baja” y el aumento de “salarios, combustibles y energía”, genera un entorno cada vez más adverso para las empresas. Murara subrayó que, en muchos casos, los cierres responden a causas múltiples, pero con un factor común: los altos costos. “En algunos casos hay un tema principalmente de competitividad, que es transversal a todas las empresas. Cuanto más valor agregado se tiene, más difícil es competir”, advirtió. En el caso específico de Fenedur, aclaró que la decisión estuvo vinculada a razones productivas. “Tenían dos plantas, una en Argentina y una acá, trabajando al 50% de su capacidad ociosa. Decidieron concentrarse en una para mejorar la productividad. No fue un problema de competitividad o sindical”, precisó. Desde el movimiento sindical, la lectura no fue muy distinta en cuanto al diagnóstico general. Danilo Dárdano, presidente de la Confederación de Sindicatos Industriales (CSI), afirmó que el sector atraviesa un proceso de “desindustrialización” que lleva al menos una década. “Perdimos 2.000 puestos de trabajo en los últimos meses. Si sumamos a los trabajadores informales, andamos alrededor de 2.500. Estas noticias son realmente muy malas”, señaló. (Crónicas)