En el día de hoy, los estibadores de la costa este y la costa del golfo de Estados Unidos iniciaron su primera huelga a gran escala en casi 50 años, tras el colapso de las negociaciones para un nuevo contrato laboral.
Esto ha paralizado alrededor de la mitad del transporte marítimo del país, afectando el flujo de bienes como alimentos y automóviles en más de 30 puertos desde Maine hasta Texas. Se espera que esta huelga tenga un impacto significativo en la economía, causando pérdidas de miles de millones de dólares diarios, poniendo empleos en riesgo y potencialmente aumentando la inflación.
El sindicato International Longshoremen’s Association (ILA), que representa a 45,000 trabajadores portuarios, rechazó la última oferta de la United States Maritime Alliance (USMX), que incluía un aumento salarial del 50%.
El líder de la ILA, Harold Daggett, mencionó que la demanda del sindicato es un incremento salarial del 61.5% y la protección contra la automatización en los puertos.
Esta huelga ya está causando preocupación en los negocios que dependen del transporte marítimo, ya que afecta una amplia gama de productos.
Los puertos en Latinoamérica, como Cartagena, Manzanillo y Kingston, ya están sintiendo la presión con una creciente congestión y la búsqueda de alternativas para descargar mercancías que no podrán ser descargadas en Estados Unidos.